miércoles, 18 de enero de 2012

Toc-toc

Me niego a pensar que ya no estás a mi lado. 
En mi mesita de noche, aún está tu foto. Ésa que te saqué yo misma el día que paseamos durante horas sin un rumbo fijo. El día que me dijiste que era el principio del resto de tu vida, que jamás, JAMÁS iba a terminarse una historia como la nuestra.
Los pétalos de la rosa que me regalaste sin que viniera a cuento, están guardados en una cajita que guardo en la estantería más alta de mi habitación. De vez en cuando, los saco. Ya están secos, ha pasado mucho tiempo, los tengo durante un rato entre mis manos, desprenden un olor especial o quizás sea que me gusta pensar que la rosa está viva, como esta relación. 
Cada una de las cartas que me escribiste, están colgadas del corcho que cuelga al lado de la ventana. No me canso de leerlas. Cuando tengo un mal día, las miro, de reojo. Leo las palabras: "princesa", "cariño", "te quiero" y "besos", que resaltabas escribiendo en un color diferente. 
Hay veces que tengo miedo de no poder olvidarte nunca pero, sé que algún día, Cupido tocará mi puerta. Toc-toc... Quizás seas tú, que te has dado cuenta, quizás sea otro. Pero yo sé que en algún lugar del mundo todos tenemos nuestra ... media naranja  mandarina. 

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