Sola. Perdida. Esperando encontrarte. Sin una luz que me ilumine. No hay esperanza.
No hay noche que no te busque en el cielo, en las calles, en el mar... Cada día alimento mis esperanzas imaginándote junto a mí. Estamos solos, abrazados... Tu mirada contra la mía, tu marrón contra mi verde. Y una vez más, esbozas esa sonrisa que hace que mi corazón se vuelva loco, me abrazas, me dices susurrándome al oído que me has echado de menos, que no puedes estar sin mí, que me necesitas... y lentamente acercas tus labios a los míos, me besas con dulzura, y en ese momento, vuelvo al mundo real, en el que estoy sola, perdida, esperando encontrarte.

¡¡Me quiere!!

Estoy acordándome de ese día.
Mientras  miraba cómo jugabas al fútbol, deshojaba una margarita. "Me quiere", "No me quiere". El último pétalo y... ¡me quiere! Viniste a decirme que el gol que acababas de meter, me lo dedicabas. Te respondí con un: "En la margarita ha salido que me quieres." Sonreíste. El día siguiente ibas a darme una sorpresa. 
Esperé ansiosa, tan ansiosa como esas noches de Reyes, en las que fantaseaba pensando que tres desconocidos con poderes venían a dejarme regalos.
Llegó, el día siguiente, llegó. Querías que me casara contigo. Teníamos ocho años.
Ha pasado mucho tiempo pero, mañana, por fin, ese trozo de papel higiénico, va a convertirse en un velo  de verdad. Esos aritos de papel albal, van a convertirse en alianzas. Las pequeñas florecillas silvestres que tus amigos recogieron para mí, mañana serán un precioso ramo de orquídeas blancas.  El trozo de cartulina rojo que colgaba de tu cuello, será una cara corbata. Y, el patio del colegio, será sustituido por la Iglesia. 
Tú sigues tan guapo como hace veinte años. Ya no me dedicas goles y yo no le pregunto a las margaritas si me quieres, son cosas que se saben, de las que te das cuenta cada vez que el corazón se te acelera. 

Reacción...

Cuando nos dan una mala noticia, todo a nuestro alrededor parece derrumbarse, especialmente cuando esperábamos esa información con los brazos abiertos pensando en su buen contenido.
A todos nos ha pasado eso, todos lo hemos sufrido.
En esos momentos, no nos importan los problemas de los demás, creemos que no hay ninguno más importante que el nuestro.
Sientes que no hay un lugar seguro al que ir, en donde tus miedos no sean capaces de alcanzarte.
Pero, si alguien nos contase todos, absolutamente todos sus problemas y los malos momentos con los que está tratando, escogeríamos, sin duda, sufrir lo que sufrimos ahora.
Por eso, en esos moemntos en los que me parece todo negro, me recuerdo:
"Nuestra fuerza no se demuestra cuantos más golpes recibas, si no de cuantos eres capaz de levantarte y aprender"

Toc-toc

Me niego a pensar que ya no estás a mi lado. 

En mi mesita de noche, aún está tu foto. Ésa que te saqué yo misma el día que paseamos durante horas sin un rumbo fijo. El día que me dijiste que era el principio del resto de tu vida, que jamás, JAMÁS iba a terminarse una historia como la nuestra.

Los pétalos de la rosa que me regalaste sin que viniera a cuento, están guardados en una cajita que guardo en la estantería más alta de mi habitación. De vez en cuando, los saco. Ya están secos, ha pasado mucho tiempo, los tengo durante un rato entre mis manos, desprenden un olor especial o quizás sea que me gusta pensar que la rosa está viva, como esta relación. 

Cada una de las cartas que me escribiste, están colgadas del corcho que cuelga al lado de la ventana. No me canso de leerlas. Cuando tengo un mal día, las miro, de reojo. Leo las palabras: "princesa", "cariño", "te quiero" y "besos", que resaltabas escribiendo en un color diferente. 

Hay veces que tengo miedo de no poder olvidarte nunca pero, sé que algún día, Cupido tocará mi puerta. Toc-toc... Quizás seas tú, que te has dado cuenta, quizás sea otro. Pero yo sé que en algún lugar del mundo todos tenemos nuestra ... media naranja  mandarina. 

Queda mucho por vivir

Aún soy pequeña y me quedan millones de cosas que aprender y vivir.
Algunas debería haberlas aprendido hace tiempo, como silvar. Otras, desearía no haber vivido, como conocerte.
En esta vida cometeré errores y aprenderé de ellos.
Viviré cientos de malas experiencias que harán que yo sea así.
Desconozco donde estará mi hogar y si habrá sido un error o un acierto el estar allí.
No sé si seré rubia, morena o pelirroja. O si tendré el pelo azul o canoso.
Quizá trabaje de mi carrera o esté trabajando en algo que odiaba o no sabía que existía.
igual tengo tres hijos, igual ninguno. Puede que tú seas su padre o que no te vuelva a ver.
Es posible que la persona a la que más odie hoy, sea mi mejor amiga mañana.
Por no saber, no sé si conseguiré ver el siguiente amanecer.
Por eso, por todos esos motivos, voy a disfrutar el presente e intentaré que cada instante merezca la pena y que no tenga la opción de arrepentirme mañana.

Nuestra historia.

Todo empezó de la forma más inocente posible:
Yo estaba dormida, tú hacía horas que intentabas coinciliar el sueño. Te levantaste, yo me desperté por el ruido, salí a la puerta y te vi en pijama, abrazando la almohada con cara de cansado. Te invité a pasar y aceptaste. Así comenzó.
Al principio no hablábamos, sólo dormíamos, pero cada mañana me despertaba con tu brazo rodeándome.
Y así fue pasando el tiempo. Dos perfectos desconocidos que empezaron a conocerse en los minutos previos al sueño.
Pero llegó un día en el que entré en la habitación y tú ya no estabas en mi cama, me mirabas desde un colchón en el suelo donde te quedaste dormido esa noche y las que prosiguieron.
Yo no podía dormir bien, tu presentia, tu olor... faltaban a mi lado.
Y una noche me armé de valor y te pregunté si estabas despierto y me contestaste. Nos quedamos toda la noche hablando y riendo en bajo.
A la mañana siguiente, el colchón había desaparecido.
"Si no tengo colchón tengo una excusa para pasar contigo cada noche" me dijiste.
Y no nos volvimos a separar.

That's life...

Dos gotas se caen al mar.
Una flota, la otra se ahoga.
Las dos tiemblan, no por igual.
Se fue su par, pensó: "That's life..."

Quiero...

Quiero vivir en la luna, donde me pueda alejar de esta sociedad que me impone lo que tengo que hacer, decir o creer. En donde nadie me diga a qué hora acaba el día o cuando debo empezarlo.
Quiero un lugar sin leyes, sin gritos ni aglomeraciones.
Quiero un lugar mío, quiero mi lugar. Donde nadie me diga a lo que puedo aspirar, donde nadie me pueda construir, crear o moldear a su antojo, donde no intenten moverme, hacer de mí la persona ideal que todos esperan que sea.
Quiero un sitio donde nadie me diga que tú estás prohibido, que probarte no está permitido.
Quiero un lugar para mí, mi lugar. En el que yo sea la dueña, en el que yo ponga las normas, en el que nadie más mande.
En el que, cuando esté contigo, el tiempo no exista.

Quiero una luna contigo.

Un nuevo día :)

A todos nos hace ilusión estrenar ese abrigo que nos han regalado por Reyes, el pantalón de nuestro cumpleaños o la camiseta que nos hemos comprado y que tanto deseábamos. 

Pero... ¿por qué? ¿Por qué el día que estrenamos algo vemos todo diferente? 

Estrenar un nuevo día es lo que debería motivarnos. Salir al balcón y ver que el Sol está resplandeciendo, que en algún lugar del mundo una persona se ha levantado pensando en ti, que ahí fuera hay mil cosas esperándote y tu sonrisa va a abrirte mil y una puertas. 

Sigue llamándome infantil...

¿Sabeis una cosa?
Odio a ese tipo de personas que, por haber acabado su infancia, se empeñan en poner fin a la nuestra.
No, lo siento, sigo haciendo las mismas cosas que cuando era una enana:
Mi estuche sigue lleno de bolígrafos de colores, y algunos hasta tienen purpurina.
Me da igual mancharme la ropa si con ello consigo un momento que, al recordarlo, me haga sonreir.
Aún canto canciones en el autobús y puedo pasarme el día embobada con un sólo juguete.
Pienso que las mejores amenazas siempre han sido las típicas de: "no te invito a mi cumpleaños" o "se lo voy a decir a mamá".
Y sí, todavía continuo fijándome en si mi hermana tiene más espaguetis que yo y también prefiero comerme yo todas las patatas a que los demás las prueben.

Siento ser así, igual es que no he madurado, pero me da igual. Llámame niña si quieres, para mí no es un insulto, sólo algo que tú has perdido y quieres que yo también pierda para sentirte mejor.

All black.

Y por más que lo intento, cada vez me parece todo más dificil.
Cuando intento poner algo de color, lo sigo viendo todo negro.
Por más que me esfuerzo, que lucho por agarrarme a algo, a alguna esperanza, no detengo mi caida.
Pero cuando quiero tirar la toalla, una voz en mi cabeza me dice que, si he aguantado tanto, puedo aguantar aún más.
Y ya no digo que me quiero morir, sólo que necesito a alguien que venga y me salve...

¿De quién es la culpa?

La primera vez que te engañan, la culpa es suya; la segunda, tuya.

Las palabras se las lleva el viento...

No quiero que me digas que me quieres, ni que repitas, una y otra vez, lo preciosa que soy o cuánto te gusta como me queda una camiseta. Son simples palabras y, las palabras, se las lleva el viento. 

Yo sólo quiero que una mirada tuya me haga sonreír, que tu voz sea la banda sonora de esta película y que tu olor me acompañe en cada paso que dé, que demos... juntos. Quiero que nos tiemblen las piernas cada vez que nos veamos, a pesar de que haya pasado ya un tiempo. Que todo sea tan mágico como aquella primera vez. Cerrar los ojos y sentir que estás dándome la mano. Saber que vas a estar ahí y que velas por mí, desde donde estés. 

Y ya han terminado las vacaciones y ya vuelve todo a empezar.
Y ya te vuelvo a ver. Y me preguntas qué tal mis vacaciones y te las cuento con falsa ilusión porque lo que realmente quiero oir es lo que has hecho tú, si me has echado de menos, y quiero saber si dices que sí, porque así ya tendremos algo en común que ambos hemos hecho.

Cuando aprenderemos que...

La rosa perfecta no es aquella que tiene el color exacto o va en un gran y carísimo ramo, sino la que te la da esa persona especial.
No es más bonita la sonrisa con todos los dientes bien puestos o la más blanca, sino la que, al verla, te hace sonreir.
No son más valiosos los ojos más originales o extraños, sino los que son capaces de mostrar los sentimientos inconfesables.
La risa más agradable no es la más suave, sino la más contagiosa.
No es más bonito el cuerpo de alguien, sino su seguridad ante el.
Vale más un momento para recordar que una canción que lo relate o la mejor fotografía.
El regalo más acogido no es el más caro, es el que te recuerda a la persona que te lo regaló.
El mejor beso no es el que tiene la mejor técnica, sino el más sincero.

Hagamos de este sueño una meta...

Una vez , me dijeron que siempre,siempre apuntara hacia la luna. Y, que si no conseguía llegar a ella,al menos, vería las estrellas por el camino.
En el momento, me pareció una estupidez, pero ahora me he dado cuenta de que es verdad. Hay que apuntar alto, pero no por ello,hay que dejar a un lado las cosas que nos encontramos por el camino. Apreciar la grandeza de cada pequeño detalle es lo que te ayudará a hacer de tu sueño una meta. Y es que la única diferencia entre "sueño" y "meta" es el ímpetu que le pongas a todas las cosas que hagas. Tan sólo tienes que creer en ti...

Quiero volver.

Echo de menos cuando todo se solucionaba diciendo que la magia existía. Cuando sólo hacía falta un "empezamos otra vez" para olvidar.
Añoro cuando aprender a hacer divisiones era nuestra mayor preocupación y mirábamos el reloj para saber cuánto faltaba para el recreo o para ir al parque a jugar.
Quiero volver a aquellos tiempos en los que sólo queríamos ser princesas y piratas, en los que la moneda de cambio eran los cromos, que uno brillante costaba dos normales.
Esos días en los que el mayor acto de amistad era gritar: "por mí y por todos mis compañeros"

Cuando ser feliz no era un deseo, sino una realidad.

Las cosas no son como pensamos...

Porque a veces dos más dos no son cuatro. Las cosas no son como pensamos...
Hay veces en las que ojos, se enamoran de legañas, veranos fríos e inviernos en los que el Sol resplandece. Que no sólo existen lágrimas de tristeza, sino también de alegría.
Se puede soñar, sin estar dormido y volar a pesar de no tener alas. Se puede decir que estás bien, cuando todo lo demás va mal.
Que, si cierras los ojos, todo es posible. Absolutamente todo. Como bien dice el refrán, la esperanza es lo último que se pierde... Que si tú eres de esta manera y yo de la otra... ¿por qué no? ¿por qué no iba a ser posible?

"Vacaciones de navidad"

¿De verdad? 

La uni te hace ver las vacaciones de una forma diferente... no hay un día que no estudie! ¬¬"

Querido destino:

Te escribo esta carta por dos motivos:
-Primero, agradecerte tu leal compañía, ya que sin ella, las decisiones las hubiese tomado yo, y habría sido un caos.
-Y segundo: Con motivo del la celebración del año nuevo, es costumbre pensar en buenos propósitos para el bueno comienzo de este. Pero también hay una tradición seguida por muy pocos que consiste en echar un vistazo al pasado para ver los errores cometidos, apuntarlos, y tenerlos visibles para que no se repitan.
Así pues, te invito, querido y fiel amigo, a unirte a esta tradición tan poco extendida.
Al estar juntos tanto tiempo, me eo en la obligación de recordarte algunos de tus fallos que han tenido en mí sus consecuencias, tales como ponerme baches en el camino, hacer que suspenda, no dejar que me abriese a los demas...
Supongo que tú también me querrás culpar de muchos errores mios, pero, teniendo en cuenta que eres tú quien escribe mi historia, dichos errrores son tuyos.
Para finalizar, quiero darte las gracias por ponerle a él en mi camino, sin embargo, te pido que no lo vuelvas a hacer, o que seas más cuidadoso con los personajes que introduces en mi historia, la cual tengo que vivir.
Sin más, te envio mis mejores deseos para el año nuevo.
Un fuerte abrazo.
Tu compañera.

Cosas que hacer antes de morir.

Hace tiempo hice una lista con las cosas que quería hacer antes de morir. En ella, apunté todos mis sueños e ilusiones: viajar, escribir un libro, encontrar a alguien, ser más paciente y atenta...
Al principio, me parecía una buena lista, con todo lo que quería llevar a cabo puesto. Pero unos años más tarde la encontré, y me fijé en que apenas dos cosas se habían cumplido.
Entonces comprendí que no importan los planes que tengas, muchos de ellos nunca llegarán a realizarse.
Cogí un bolígrafo y taché cada deseo escrito, en su lugar, puse uno que sabía que cumpliría y que, años más tarde, cuando encontrase de nuevo la lista, podría tachar: vivir.

No sé...

No lo sé... ya no sé nada.

No sé si odiarte o contarte la verdad. No sé si llamarte cabrón o sonreírte... No sé si tener esperanzas o darme por vencida. Ya no lo sé. No sé porque haces esto, ni porqué eres así, no sé porqué en ocasiones me abrazas y, otras, ni me miras. No sé porqué me encantas tanto ni porqué tu sonrisa es mi ilusión de cada día. No sé porqué me pongo tan nerviosa cuando me tocas, ni tan feliz cuando escucho tu voz. No sé porqué escribo esto, ni porqué pienso en ti. No sé porque me engaño, sabiendo perfectamente la verdad. No sé si tú te has dado cuenta y tampoco qué piensas de todo ello... No sé si llegará a buen puerto o terminará un día de estos. No sé qué hacer ni qué vas a hacer tú. No sé qué será de ti ni tampoco de mí...