Añoro cuando aprender a hacer divisiones era nuestra mayor preocupación y mirábamos el reloj para saber cuánto faltaba para el recreo o para ir al parque a jugar.
Quiero volver a aquellos tiempos en los que sólo queríamos ser princesas y piratas, en los que la moneda de cambio eran los cromos, que uno brillante costaba dos normales.
Esos días en los que el mayor acto de amistad era gritar: "por mí y por todos mis compañeros"
Cuando ser feliz no era un deseo, sino una realidad.
Que bonito era esos momentos.Cuando las cosas tan pequeñas y comunes nos parecían un mundo.
ResponderEliminarY lo del tema de la preocupación es lo que más me ha gustado.
ya te sigo!
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bs!